DEBUTAR // Tomás Rosner

Viernes pre-partido.
Una pizza con salsa de marihuana.
Cinco o seis porciones, “ va a ser una noche flashera ”, escuchás que dice un invitado de la fiesta al que no conocés.
“Pero pega cuando la digerís”, afirma el cocinero un rato después.
Cuando arranque el partido vas a estar re loco. Ya es tarde, muy tarde: la de jamón estaba increíble. Ya es tarde, muy tarde. Tan tarde que Maradona habla con el mierdero de Niembro y Palermo acaricia su pechera naranja. Al toque gol de Heinze. “ Viene muy fácil el mundial”. Hay un montón de churros y el dulce de leche te empieza a jugar malas pasadas cuando sale disparado al medio del sweater. Nace una cábala.
Higuaín y esa cara de cheto de Belgrano cogeminitas, Demichelis parece salido de Bastardos Sin Gloria. La contra con Tévez: ves cuatro camisetas albicelestes que parecen cuatro aviones de Aerolíneas. El partido se complica, hay que tener la pelota y no está Riquelme. Ganamos bien, los periodistas critican por deporte, buen debut. Decí que la FIFA le pidió a Messi que no chumbe. Por lo menos hasta octavos. Si no era mucho afano.